Rocky Mountains, un asunto serio

«Escalar en lar Rockies es un asunto serio», rezan todas las guías de la zona. Y no les falta razón. Vías largas, a 4.000 metros y lejos (o muy lejos) del coche. Por si este cóctel no fuera suficiente, todos-todos los días hay tormenta a partir de las 12 de la mañana. Las Rocky Mountains, con el Hallett Peak, el Petit Grepon y por supuesto la pared del Diamond en el Longs Peak, son escaladas para ir «con los deberes hechos» desde casa.

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Devil’s Tower: Encuentros en la Tercera Fase

Devil’s Tower lo construyeron los marcianos. Seguro, porque un sitio tan raro no puede surgir por casualidad. Todavía no está claro cuál era su función: una antena de comunicaciones, una pista de aterrizaje de platillos volantes o un cañón de positrones. Afortunadamente, desde que dejó estar en servicio, los escaladores han podido empezar a utilizarlo. Claro que algo de emanación extraterreste debió quedar remanente ahí que, por alguna extraña razón, hace que este sitio sea tan absurdo como divertido.

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Doble o nada: 300 + 301

Siempre es una alegría ver el trabajo impreso en papel, sobre todo cuando eres un dinosaurio que no se ha adaptado del todo al mundo digital. El guión no cambia: escalar, viajar y tomarnos en serio lo menos posible a nosotros mismos. Pero parece que a algunos les ha gustado: unas fotos en el Desnivel número 300 y un artículo de nuestro paseo por Needles en el número 301. ¡Así da gusto trabajar!

Desnivel nº 300
Desnivel nº 301
Artículo de Needles

Sperlonga: Escalada subterranea

Después de dos meses de cuidadosa preparación, de repente, el viaje a Italia peligra. Llueve, pero no uno dos chaparrones sueltos. ¡Toda la semana! Que no cunda el pánico. El primo de un amigo de mi mecánico me ha dicho que hay una cueva cerca de Roma en la que se puede escalar aunque llueva. Directos ahí sin pensarlo más. Efectivamente tenían razón. Un gran sitio para escalar cuando llueve, lleno de vías de todos los grados y por supuesto, de estalacticas.

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Hoyamoros: Bienvenido al paraiso

Un valle glacial perdido entre montañas, así es Hoyamoros. Un paraje paradisíaco con su riachuelo, y sus bloques. Suena a tierra prometida, pero como todo lo bueno tiene un precio. Hay una tremenda pateada para llegar hasta allí.
Subir con la mochila llena de comida, saco, esterilla, infernillo, cámara, flashes y además el crash-pad es algo casi más para alpinistas que para un mortal bloquero. Pero hay una estrategia que no falla nunca, repartir las cosas entre los amigos. Y como todo plan de bloque cuantos más seamos más divertido.
Ya sabes.
Junta una buena panda, engáñalos, repartíos las cosas, y regalaos un viaje al paraíso.

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